He acompañado a una ancianita con la cosas que recibe en la canasta que se les da semanalmente. Ella no puede venir los sábados ya que tiene miedo de que se le eche encima la niebla antes de llegar a casa. Yo llevé todo menos las patatas porque no me cabían ya en la mochila. Cuando la vi cargar con el saco me quede admirada de la fortaleza que mantiene a pesar de que le han dicho que tiene la tensión alta y mal el corazón. Luego comentábamos cómo es que esta gente puede llegar a esta edad y con esa fortaleza. Me decían que lo que come es sano: legumbres, huevos, queso y todo de lo que produce una tierra que no recibe fertilizantes químicos