Este fin de semana estamos en Guayaquil. Es una ciudad que contrasta la modernidad de sus malecones con jardines extremadamente cuidados y que pueden competir no con el suelo de mármol del de Marbella pero si en belleza y curiosidades. Entre ellas hemos visto en mitad del paseo un puesto de peluquería. No os imaginéis con los rulos puestos o la cabeza teñida simplemente te ofrecen el desrizarte el pelo o por lo menos eso es lo que hemos visto.