
Ahora están empedrando el último tramo de la calle que sube a la Fundación. Hasta ahora era una polvareda sobre todo antes de que comenzaran las lluvias. El polvo era tan fino o más que el talco. No sólo se te ponían perdidos los zapatos sino también los pantalones y eso si tenías suerte de que no pasara algún autobús o una camioneta porque entonces el polvo llenaba toda la calle y te ensuciaba hasta la cara…