
Bajando de madrugada a Ibarra para coger el autobús se oye como cada día por el altavoz de la capilla de San Vicente el rezo del rosario.
Ya en San Antonio vi a un señor que lo rezaba ante la capilla. Otro día el conductor del autobús y su ayudante se santiguaron ante otra capilla que estaba junto a la parada del autobús.
La religiosidad en Hispanoamérica es muy fuerte.
La pregunta es si esa religiosidad es suficiente para alimentar y dar fuerza con un espiritu de esperanza para cambiarse a si mismo y a la sociedad.